jueves, 11 de febrero de 2016

Casa de Campo, en Madrid un tesoro en medio de la ciudad

















La Casa de Campo de Madrid es uno de los parques públicos más grandes del mundo. Aunque a mí me gusta considerarlo más como un bosque mediterráneo sobreviviente en medio de la ciudad, un oasis verde de encinas -algunas centenarias-, robles y fresnos, zarzamoras, pinos piñoneros... surcado por pequeños arroyos algunos de un encanto más propio de un bosque de montaña que de un sitio tan lindero a la ciudad. Últimamente se están viendo varias parejas de águilas imperiales surcar el espacio aéreo, además de garzas, cigüeñas, picos carpinteros, palomas torcaces, herrerillos, carboneros, mirlos, martines pescadores, ánades reales, ardillas, conejos, rapaces nocturnas y hasta ¡zorros! Es increíble el poder de la naturaleza, cómo se adapta a las condiciones más hostiles, en este caso producidas por la mano del hombre. Uno de los últimos refugios en medio de la gran urbe donde encontrar y poder observar la vida silvestre, mientras disfrutamos de un paseo grato, un inmenso pulmón en medio de Madrid, un remanso de vida para volver renovado. Valorémoslo y cuidémoslo. Es un verdadero tesoro y sobre todo, un inmenso regalo.


Ilustrado por algunas fotos que he ido haciendo por mis paseos en este hermoso sitio.









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