miércoles, 9 de diciembre de 2015

"La guitarra", otro hermoso poema de Atahualpa



 La guitarra


Esbelta y silenciosa, en un rincón del cuarto,
te contemplo, guitarra. Casi ajena a este mundo.
¡Qué pobre es mi pobreza, y cuánto tengo!
El siempre amado desorden de unos libros.
Una daga oxidada, y un par de espuelas.
Claro, mi padre me bendice cada día.
Y allá, tras la ventana
la enorme ciudad gris que nunca conocemos.
Te veo como recién llegada de muy lejos.
De otras edades, de otro color del mundo.
Dime, guitarra
¿conocí alguna vez tu propio canto,
tu profunda, secreta melodía?
O simplemente, buena, sabedora de todo,
dejaste que los hombres elevaran su voz
diciendo cosas y asuntos imposibles
junto a ti
tan ausente como un adiós sin lágrimas.
Guitarra, abuela cósmica,
quién podría decirte una palabra nueva,
para ser escuchada.
Hace ya muchos siglos pasó tu adolescencia.
Tu primavera loca, con segadores
cuyo canto encendía estrellas, una a una.

Y ese otoño de amor con vidalitas.
Y el invierno en la sierra, solo, solo como el vuelo de un cóndor.
Quién podrá nunca contarte sus adioses
a ti, que eres adiós, rama fugada.
¿Sabrán los pueblos que para estar con ellos
huiste de los brazos de los dioses... ?
Te contemplo, guitarra, y sé que entiendes
el minuto en que nosotros nos morimos cada día.
Si yo tuviera que decir amor, o paz, o adiós, o espérame,
ya no podría decirlo junto a ti. Ya no podría...

Tan alto es tu universo. Tan pequeña es mi casa...

Atahualpa Yupanqui

No hay comentarios:

Publicar un comentario