Día de viernes lluvioso y
frío en la zona de Ópera en Madrid que aparecía extrañamente
desierta, sin los acostumbrados turistas y paseantes, sin sus músicos
en la calle. El Palacio Real, sin los visitantes inundando sus
inmediaciones, parecía traer vestigios de otras épocas, quizá más
esplendorosas... Un buen día -a pesar del tiempo- para fotografiar
tan emblemáticos edificios como la Catedral de la Almudena, el
Palacio Real y el Teatro Real, que parecen emanar un encanto como de
otra época...
Contemplar este presente, para vislumbrar y entusiasmarnos con aquello que siempre queda, que permanece, porque conmueve, porque siempre aporta luz. La contemplación es un arte, el arte de saber observar con paciencia, discernimiento, comprensión, nos ubica en cada instante , nos centra. La contemplación nos demanda parar. No es un reposar ocioso, es un reposar responsable. Salirse del ruido mundano por un tiempo, para volver renovado, purificado. La Naturaleza, la música nos guía. Que así sea.
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