Si amo los montes y las praderas,
los largos ríos que van al mar;
las frescas olas, la rubia arena,
es porque en ellos, de mil maneras
estás presente, tienes tu altar.
Si amo la hierba, verde y florida,
si la arboleda llena de paz,
llena de nidos, llena de vida,
llena de frutos y de semillas...,
es porque en ellos siento que estás.
Si amo al insecto, zumbón y frágil,
si al pajarillo de dulce piar
o al poderoso león rugiente...,
es porque en ellos estás presente:
con ellos vienes, con ellos vas.
Si amo a los hombres que saben serlo,
o si a los niños, de limpia faz,
porque son nobles, porque son buenos...,
es porque llevan el sello de tu bondad.
Si amo el silencio y amo el retiro,
si necesito la soledad,
es porque en ella vienes amigo
para ofrecerme lo que te pido,
pues soy yo mismo lo que me das.
Poema extraído del libro El duen-de los Olivares.
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